Muchísimas gracias, Ly

domingo, 15 de mayo de 2011

Volvemos

Rato ha de mi última actualización por estos barrios; y es que la celulosa del papel, junto con el hedor infumable que produce el flexo de mi habitación tras permanecer más de 3 horas encendido, han convertido este periodo y este cuarto en un centro penitenciario.
Pero cumplida queda la condena y comienza ahora el asueto.
Así que para deshollinar mis pulmones de tanto wolframio almacenado, decidí en mi primera tarde libre ir a visitar el pantano del Vicario y el nacimiento del Guadiana.


Lo cierto es que añoraba volver a contemplar el paisaje manchego, y más aún con el verdor que se hacía previsible tras las lluvias que han acompañado el inicio de la primavera.



Tan repleto de agua, como de pescadores, se inicia el río tras la caída de un hilo de oro líquido, o al menos, de un valor parecido para quienes saben valorarlo. Un claro ejemplo de La Mancha Húmeda.
Y ahí se encontraba - uno de tantos- amenazante con su caña de metro sesenta y su sombrero tejano. Espectante al lucio, que nunca llegó.






Y qué sería del sedal sin la jara, que impregna los valles castellanos con su aroma "acanelado" y que favorecido por el bochorno asfixiante, es esnifado por todo aquel que pasa a su lado.